«Devolvo», un viaje en el tiempo

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¿Alguna vez has pensado como sería hacer un viaje en el tiempo?

«Devolvo» es un jardín diseñado para transportarnos atrás en el tiempo, haciendo un recorrido por el transcurso de la naturaleza a lo largo de la historia, luciendo la belleza y esplendor de su propia expresión cuando se desarrolla por sí sola sin mediación del ser humano.

Un camino hacia atrás

El recorrido comienza en la actualidad realizando un camino que retrocede en el tiempo, donde a medida que se avanza se puede experimentar los cambios y sensaciones que la naturaleza nos proporciona, o mejor dicho, nos proporcionó.

Adentrándose en el tiempo para poder mostrar como los medios naturales se desarrollaban con forme la actividad humana y los efectos cambio climático van alejando de los entornos, recorriendo cada etapa y observando un efecto efecto gradual sobre la presencia de biodiversidad, en la abundancia de elementos acuáticos o el desarrollo de plantas y flores en estos medios.

En la profundidad de este jardín se va desarrollando estas características que la naturaleza va poco a poco perdiendo con el paso del tiempo y las acciones antropogénicas, presenciando un aumento de sombras, mayor desarrollo en los elementos vegetales, diversidad de especies, flores y colores,… buscando despertar la influencia que la naturaleza tiene sobre las personas y dar la oportunidad de observar como la naturaleza puede comportarse cuando el medio es afable.

Plaza del tiempo

A medio recorrido se encuentra «La plaza del tiempo», una pequeña zona de descanso con forma y temática de reloj, haciendo referencia al juego del tiempo que se hace a medida que se recorre el jardín.

Dispone de cuatro pequeños bancos para una pausa donde se pueda reflexionar sobre las sensaciones que produce este recorrido, los efecto y soluciones que realiza el cambio climático y las actividades humanas sobre los entornos naturales, que emociones pueden transmitir los entornos áridos y mermados del principio del recorrido en comparación con la abundancia y desarrollo que aumenta con el camino,…

La finalidad de la zona de descanso y reflexión cobra sentido con un monolito central presidiendo la plaza, donde se disponen lápices, papeles y chinchetas para poder dejar huella de las reflexiones y pensamientos sobre él, convirtiéndolas en una forma de conciencia colectiva para los visitantes que vayan pasando, pudiendo compartirse de forma anónima, e intentando transmitir distintas ideas y pensamientos sobre los demás, buscando así, una forma óptima y dinámica de concienciar sobre las sensibilizaciones que el jardín busca transmitir, además de aportar mayor utilidad que el ocio al jardín, gracias a esta actividad cooperativa de quien quiera participar.

El jardín «Devolvo»

Encabezado bajo este título, a la salida de la plaza central encontramos el jardín «Devolvo».

Este nombre proviene del verbo latín devolvo, el cual significa «retroceder», haciendo una referencia a ese camino que se recorre hasta llegar finalmente a este último parterre, donde se presencia una explosión de la naturaleza, encontrando los elementos de agua más grandes y abundantes, las plantas de mayor desarrollo, una enorme biodiversidad de especies, gran cantidad de flores y colores,…

Este último jardín transmite la idea de como fue la naturaleza en antaño, permitiendo por un momento entrar en su interior para observarla en su máximo esplendor

¿Qué hace especial a este jardín?

Bajo la simpleza de su estructura, aprovecha el pequeño espacio para hacer el recorrido lo más largo posible, generando un camino de una sola dirección donde solo veremos durante el paseo una parte de este, aportando intriga a su entrada al interior para ir descubriendo lo que alberga en él.

Se compone exclusivamente de elementos vegetales y materiales reciclados, componiendo sus estructuras de maderas de palets pintadas para su aprovechamiento y reutilización, abriendo la oportunidad de ver el reciclaje y aprovechamiento de materiales como una medida más para desfavorecer la perdida los entornos naturales.

La temática de este jardín sobre el desarrollo de la naturaleza con el paso del tiempo, se basa en la idea de concienciación sobre el cambio climático. Un cambio que se ve agravado por las acciones antropogénicas y que puede ser mitigado antes de llegar al punto de «no retorno», por lo que «retrocediendo» a lo largo del recorrido se busca la transmisión de estos ideales.

Y ahora que conoces sobre este jardín…

¿Te atreverías a dar una vuelta atrás en el tiempo?

«El futuro depende de lo que hagamos en el presente»

Mahatma Ghandhi

Descubre más sobre este jardín

Tempus fugit

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Autores:

Candelaria Alvear Pérez

José Ignacio Rodríguez Codejón

Descubre la vida en verso en este jardín. Desde la fantasía de la niñez hasta la reflexiva muerte. Todo un conjunto en el que el protagonista eres tú, que tomas parte de esta efímera experiencia caminando por el río de Jorge Manrique y explorando los rincones del mismo, realizando sus propios caminos como buen caminante. Todo diseñado a partir de unas proporciones áureas que hacen un lírico edén para el disfrute y la meditación. Nada más pisar la primera grava de este fluvial sendero (Vita flumen) comienza una nueva vida, empezando por la primera etapa de la misma, la infancia. La primavera, el viento incesable, las flores de colores infinitos, la eterna ilusión, reflejada por diversos artistas literarios. Un paisaje idílico donde se invita al espectador a soñar, a sumergirse leyendo poemas en los pájaros, a acariciar la húmeda brisa, a volar… Conforme la vida avanza entramos en la fase más ardiente de la vida, la juventud. Flameante periodo, estival, rojo fuego, de ignífuga pasión. Es la época del primer y ferviente amor, donde todo es posible, la flor de la vida, la cumbre del volcán. La literatura de esta zona será fogosa y apasionada (Ignus amoris) y también de aviso para que el viajero aproveche al máximo el momento (Carpe diem). Seguiremos navegando, llegando a un nuevo meandro, donde el río empieza a discurrir con mayor lentitud, con menor caudal. La otoñal madurez ha llegado, las hojas caen, preparándose para el invierno. Aquellas flores de la primavera y el verano se han curtido en frutos, sabia naturaleza y auténtico conocimiento de la experiencia. Buen momento para tomarse con un poco más de pausa esta travesía, y sentarse a oler fragancias de tiempos pasados, a pararse a escuchar el leve crujido de las cortezas, que crepitaron a la lumbre de la lozanía y deleitarse de una poesía más melancólica, que suaviza lo vivido hasta ahora. Se intensifica la bruma, disminuyen los colores, las flores desaparecen por completo, no hay más que verde follaje. Llegamos a la desembocadura de esta vida, al mar, allá donde todos los paseantes convergemos, sin importar nuestra procedencia (Omnia mors aequat). Una mujer acaricia una paloma (referencia a Rosalía de Castro), un jinete flota en este océano (referencia a Federico García Lorca) y donde habita un vetusto tejo, al que ya los celtas adoraban como planta de la muerte… y la vida. Pero, ¿será éste el final de todo? (Memento mori) ¿y qué de aquellos que cruzaron de orilla? (Ubi sunt), ¿será que todo esto no es más que un teatro, un sueño? (Vita theatrum). Es una profunda cuestión, de difícil respuesta, pero te invitamos a subir al poderoso velero bergantín de Espronceda, y mirar más allá del mar de Juniperus, y que te sientas la libertad absoluta, sin ningún tipo de cadenas ni dependencias. Y ya tú decides si quedarás en tierra o levas anclas, y partes mar a través. ¿Qué aventura? ¿Qué nueva vida recorrerás ahora?