Paseo de Catalina de Ribera y Jardines de Murillo. Sevilla. Análisis Crítico. JLP. 2016-17

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ESTILO ACTUAL

Los Jardines apenas han sufrido grandes ampliaciones desde que pasaron a ser de uso público, en cambio si que han sido modificados. El diseño que conservan en la actualidad es el mismo que Juan Talavera le diera allá por 1915, aunque no fue hasta 1976 cuando fueron completamente pavimentados y rodeados por una verja decorada con trepadoras.

Fig. 15: pared con hiedra. Fuente: propia

Fig. 15: pared con hiedra. Fuente: propia

El diseño de estos jardines pertenece al denominado estilo sevillano, en el que el ladrillo y la cerámica son clave en sus construcciones, las cuales están acompañadas por una abundante vegetación contenida en arriates (Ayuntamiento de Sevilla, n.d./2016).


USOS DEL ESPACIO

El paseo cuenta con un parque de juegos infantiles en uno de sus extremos donde se puede observar que acuden muchos niños cuando llega la tarde y donde es común ver que se celebran cumpleaños, a los que la gente acude con sus propias mesas, por lo que podría ser una buena idea acondicionar una zona para estas celebraciones. Este lugar se encuentra completamente vallado como el resto del paseo por el lado que da a la calles por las que circulan coches, pero no cuenta con otra cerca que delimite el parque en cuestión.

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Fig. 16: Eje principal de los jardines. Fuente: propia

Si continuamos caminando por el paseo de Catalina de Ribera, dejando atrás el parque, a nuestra derecha se sitúan los Jardines de Murillo, dividido en dos partes por la calle de Nicolás Antonio, que lleva directamente a la plaza de Santa Cruz.

Teniendo en cuenta el tamaño que ocupan los Reales Alcázares y el paseo de Catalina de Ribera, los jardines de Murillo tienen un tamaño muy reducido, además cabe destacar que una pequeña parte de ellos fue cedida sin animo de lucro por el propietario de una vivienda contigua para la construcción de la calle mencionada anteriormente (Sevillapedia, 2014).

Fig. 17: viviendas junto a los jardines. Fuente: propia

Fig. 17: viviendas junto a los jardines. Fuente: propia


Una vez rebasados los jardines de Murillo, podemos continuar caminando por el paseo, que consiste en una calle central, con dos paralelas a sus lados cuyo suelo es de tierra, en cambio el eje más próximo a los Reales Alcázares cuenta con un camino de lozas, siendo este el más adecuado para caminar, ya que además es la zona donde más sombra hay, y cuenta con varios bancos de cerámica rodeados por la hidra que abunda por toda la pared de los Alcázares.

A lo largo de todo el paseo de Catalina de Ribera hay dispuestos numerosos bancos para parar a descansar o a disfrutar del espacio verde y donde se puede ver gente sentada leyendo, además de muchos estudiantes que vienen a pasar las horas libres al lugar. También es común ver gente paseando con sus perros.

CAMINOS Y ACCESOS

Los jardines cuentan con diversas entradas a sus instalaciones, podemos considerar su entrada principal aquella que nos lleva directamente al monumento a Colón, que se encuentra justo en el centro del lugar, por el lado del parque donde se encuentra esta entrada, podemos observar más puertas, aunque estas siempre están cerradas.

En los extremos del parque podemos entrar por una (en el extremos norte) o dos (extremo sur) de las puertas. En cambio si queremos salir a la plaza de Santa Cruz tenemos dos opciones, continuar por el camino de lozas antes mencionado o seguir por la calle de Nicolás Antonio que nos lleva a la plaza de Santa Cruz.

Fig. : entradas a los jardines. Fuente: propia

Fig. 18: entradas a los jardines. Fuente: Google Earth


Los caminos de los jardines en general están en buen estado, aunque en algunas zonas hay socavones considerables provocados por el agua del riego en algunas partes y en otras, por cuyo causante se podría considerar el arrastre que provoca la lluvia en las pequeñas pendientes existentes.

Fig. : socavón de tierra. Fuente: propia

Fig. 19: socavón de tierra. Fuente: propia

ESTADO DE CONSERVACIÓN Y MANTENIMIENTO

En general el estado de ambos jardines es muy bueno.

Las plantas están bien cuidadas, y tratadas, como se puede observar en algunas palmeras que estan siendo tratadas contra el picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus). Aunque es cierto que en una de las calles del paseo de Catalina de Ribera, las ramas de los árboles han invadido el camino que parece ser el menos frecuentado. Como puntualidad, ciertos árboles cuentan con casa para la anidación de aves.

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Fig. 20: casa para pájaros. Fuente: propia

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Fig. 21: palmera tratada. Fuente: propia


Existen numerosas papeleras a lo largo del lugar, por lo que la gente no tiene problema a la hora de encontrar donde tirar su basura, como ya he comentado antes la gente que pasea sus mascotas es muy respetuosa con los jardines, de manera que es extraño encontrar desperdicios de los perros, además los trabajadores de mantenimiento acuden a diario a limpiar el lugar.

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Fig. 22: camino invadido por los árboles. Fuente: propia

Como la antigüedad de los jardines no es muy grande, estos no han sufrido en gran medida las inclemencias del tiempo y se conservan bastante bien.

La única zona que parece peor conservada podría considerarse el espacio de las fuentes de los Jardines de Murillo, las cuales están secas, que tendrían un mayor atractivo si estuviesen activas.

Fig. : Fuente seca. Fuente: propia

Fig. 23: Fuente seca. Fuente: propia

MOBILIARIO URBANO Y JUEGOS INFANTILES

A lo largo de los jardines existen numerosos bancos distribuidos por todas las calles. Podemos encontrar tanto los típicos bancos de hierro, como los clásicos de cerámica y ladrillo, aunque su estado en general es muy bueno, algunos de ellos se encuentran casi escondidos por las ramas que invaden el camino, de las que ya hemos hablado en el apartado anterior y otros en cambio están cubiertos en parte de moho u oxidados.

A lo largo del parque podemos encontrar farolas, sobre todo por el camino más cercano a los alcázares, el cual es el único con baldosas. Las de esta zona están acopladas a la pared, por lo que no afecta a la estética del lugar.

La zona de juegos infantiles se encuentra ubicada en un buen lugar, ya que está en uno de los extremos de los jardines y para llegar a ella habría que alejarse de la zona de los Reales Alcázares, por lo que los grupos de turistas que cuentan con un guía no suelen llegar hasta allí. Como pega podría decirse que no se encuentran completamente vallados, para mayor control de los niños, y que el suelo es del mismo tipo que el resto de los jardines, de manera que acaba ensuciando considerablemente la ropa de los niños, y lo deja inutilizable si ha llovido hace poco.

Fig. 24: parque infantil. Fuente: propia

Fig. 24: parque infantil. Fuente: propia

SISTEMA DE RIEGO

El riego del parque se realiza manualmente, de manera que los operarios toman el agua de las bocas de riego que hay a ras del suelo por todo el parque, aunque esto puede causar que se encharquen zonas del camino si hace un mal manejo. En cambio, al adentrarnos en los Jardines de Murillo el riego está automatizado mediante aspersores, aunque estos se encuentran mal dispuestos, por lo que parte del agua que emiten acaba en los caminos, dejandolos inaccesibles durante el tiempo que dura el riego y encharcados cuando este acaba.

Fig. 25: aspersor mal dispuesto. Fuente: propia

Fig. 25: aspersor mal dispuesto. Fuente: propia

OTROS PROBLEMAS DETECTADOS

Cierto es que la conservación y el mantenimiento del parque está muy bien planteado, existen numerosas papeleras, bancos donde descansar, etc.. Personalmente opino que podrían acondicionarse una parte de estas papeleras para poder tirar las colillas de los cigarros, ya que se pueden encontrar una gran cantidad de estas tiradas por el suelo alrededor de los bancos. También podría colocarse alguna fuente con agua potable, y solucionar el problema de aquellas decorativas que están secas. En la zona de la Glorieta del pintor García Ramos existen pintadas que rompen la estética del parque. Por último, se podrían colocar mesas como comedero en la zona de juegos infantiles, ya que como he indicado antes, los visitantes acuden con sus mesas propias; y una zona de actividades para mayores, que suelen verse paseando por los jardines.

Fig. 26: pintadas. Fuente propia

Fig. 26: pintadas. Fuente propia

BIBLIOGRAFÍA

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